quinta-feira, 3 de março de 2011

goteo, goteo

Viento frío. Lluvia que no para. Por favor, lluvia, déjame en paz un rato. Gotea. ¿Quién habrá dejado la llave abierta? Gotea. Gotea. Gotea desde mi vaso tumbado sobre la mesa. Pero el vaso está seco desde hace tiempos. Agua. Hoy el mundo es pura agua – adentro, afuera, entre mis piernas, por mi boca, explotando desde mis ojos. Agua que escoge por mis mejillas calientes y rojas. Agua dulce, agua salada. Gotea. Goteo yo. Lágrimas. Viento frío. Noto que la orquídea ya perdió una de sus flores. Qué triste, pero así es. Noche. Oscuridad. Y las gotas.

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Una, dos, diez, miles, millones.

* * *

No respiro. Me ahogo a los poquitos.
El mundo ya se volvió un gran océano de llantos nuevos, antiguos, futuros, inventados e imprecisos. Un océano que me traga – me traga por la mitad, siempre la mitad, chupa mi alma y me devuelve mero cuerpo, cuerpo desnudo y marcado, cuerpo desnudo y helado, me devuelve mero cuerpo a una de las tantas arenas débiles de continentes duros y infértiles de una humanidad miedosa.

“ ”

Ele já não me vê.
Il n’est plus là. Il y était. Il y sera de nouveau?
Ele sabe que estou aqui. Quase comete uma indisciplina. Deixa escapar um cumprimento breve. Desenha uma brisa e se vai. E se vai.


* * *
No te vayas, yo diría.

Frío. Viento. La calefacción está prendida. Un boceto de sonrisa. Hay música lejos, lejos – chispa, lámpara, fuego. Pero gotea. Gotea. Mareo. Cuento las gotas hasta que venga el sueño.

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Y cuando cierro las cortinas, te veo pasar apresurado por las calles tuyas de siempre sin mirar al lado pero con las cejas cerradas, con los labios apretados, con un pensamiento rebelde y huidizo.
Pois é, você não me vê.
Mas me escuta.

Así que goteo.
Goteo intermitente. Compito con el mar, evaporándome al revés. Lluvia. Frío. Y, mientras, te evaporo suavemente hasta.
“ ”

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Je t’en prie.

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