Los rincones gritan: saudade.
Más que nostalgia, decías, más que añoranza, silenciabas.
Éramos un reino – y todo alrededor era resto de geografías ajenas.
Te fuiste con las alas, me quedé con la inmensidad de belleza triste y ojos húmedos. Ahora casi quiero rechazar ese mapa que me pone como un gran continente, solitario y olvidado.
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