al Cristian
Yo veía la película mientras comía una tarta de limón. O, tal vez, mientras sorbía el dulce de la tarta de limón, intentaba volar en la película de nostalgias y sueños. Unos más melados que los otros, con más o menos crema, y el gusto del limón a veces discreto, en otras imperativo. Buscaba a algo además de la tarta, de la película, de la vida cotidiana que me rellenaba cuando yo no me sentía exigente. Buscaba a tí, perdida entre plantaciones de caña de azúcar y deseos distintos y diversos. Te perdía, aunque estuviera tan despierto. Te encontraba, cuando así mismo me daba cuenta de que había soñado.
Tú paseabas por La Habana entre balcones y bicicletas con tu camiseta de equipo de fútbol. Tu siempre en el tuyo, distribuyendo sonrisas al mar, al Malecón, a las olas y a los holas que venían sin cualquier pudor. Eras tú, estaba seguro, pero tú no me seguías ni tampoco me mirabas. Eras tú, tu sonrisa, tu caminar bailado y dulce. Pero yo me veía amargo. No por mí, pero por el vacío que tú dejabas mientras caminaba: pues te alejabas. Pues te alejabas demasiado. Y los balcones se quedaban más largos y me impedían de mirarte aún más, de acompañar tu brillo. Tú jamás me has vuelto tus ojos. Cómo si fuéramos de equipos distintos y tú necesitabas alcanzar tu reto a fin de dominar el partido. Como si fuéramos. Pero yo aún me creía tu hincha, tu admirador.
Tú, siempre. Y linda.
Después la escena se fue a un campo de caña de azúcar, y tú te perdía entre las plantas, y yo te perdía entre las plantas, y había mucha gente trabajando ahí. Ya te habías cambiado, no vestías nada, eras simplemente tú y tu brillo, pero yo ya no te encontraba.
Y el dulce de la tarta, dulce de caña de azúcar de mis pensamientos.
Y la película de nostalgias de lo que compartimos y de lo que tampoco compartimos.
Yo entre ambos, pero tú no conmigo. Era un sazón que yo buscaba hace tiempos… y que todavía busco. Lo sigo buscando.
Um comentário:
Belas cenas... imaginei um filme, de verdade!
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